BOSQUES ENTRE LA TIERRA Y EL MAR
Un libro maravilloso
Hace muy poco me encontraba en una oficina inmobiliaria,
mientras esperaba mi turno para ser atendido le eché una ojeada a los libros y
revistas que se encontraban sobre una mesa esquinera, al final de ese montón
había un libro de tapa dura, era el más grande de todos los que se encontraban
allí, me llamo la atención por la fotografía de su portada que aunque no la
veía del todo me parecía bonita y muy caribeña, decidí entonces retirar todo lo
que estaba encima de él para apreciarlo en detalle, pues me encontré con una
joya de publicación, Bosques entre la tierra y el mar. Colombia.
Cuando terminé mi diligencia en aquella oficina me dirigí
a una reconocida librería de Bogotá y sin ninguna duda lo compré, sabía que
debía hacer parte de mi colección literaria.
En este artículo haré una reseña personal y con el mayor de los respetos del interesante y trascendental contenido de esta magnífica publicación hecha de manera impecable por el Banco de Occidente y su programa Planeta Azul
Bosques entre la tierra y el mar hace referencia
específica a los ecosistemas que se encuentran en este límite, el mar y la tierra
firme. Y uno de los hábitats más representativos de estos lugares en Colombia
son los bosques de manglar. Nos hablan también de los guandales que es otro de
los ambientes presentes en este tipo de frontera. La publicación tiene como
objetivo buscar el interés del público en general para conozca, valore y
conserve estos entornos naturales propios de nuestras costas.
Esta maravillosa obra fue dirigida por el biólogo Juan Manuel Díaz Merlano, las fotografías son de Diego Miguel Garcés Guerrero y Germán Montes Veira.
Una frontera en movimiento
En este capítulo nos hablan de cómo se logra distinguir
desde el espacio el límite de las zonas costeras en el océano con la tierra
firme, describiéndonos en donde de un lado está el hábitat acuático en el cual
reina la ingravidez y la penumbra; del otro lado, está la tierra firme rodeado
de luz, donde casi todo está obligado a permanecer sobre el suelo.
Aquí hacen referencia a los arboles de manglar que
prosperan en suelos fangosos, inestables y de poca oxigenación, recalcando el
cómo, de manera eficaz estas especies vegetales han logrado de manera exitosa
sobrevivir en condiciones tan adversas.
Exuberancia entre dos mundos
Como abrebocas a este capítulo nos dicen que los
manglares a pesar de su apariencia monótona, el tener un aspecto de ser un
ecosistema casi impenetrable en donde dominan los tallos y las ramas retorcidas
de las plantas, es en esencia un lugar lleno de vida, con gran variedad de
seres en distintas formas y tamaños, que no solamente habitan en las estructuras
de estas plantas, también en el barro y en el agua, en donde nos miran y se
oculta.
Corresponde a que en términos de cobertura arbórea los
bosques inundables existentes en el país suman en total 505.000 hectáreas, de
las cuales 370.000 son manglares como tal y 134.000 corresponden a los
guandales, que son ecosistemas que empatan con los manglares en la llanura
pantanosa de la costa pacífica.
Espacio vital de los pueblos costeros
Con los estudios realizados en la zona se ha establecido
que los usos que le han dado los lugareños a los recursos extraídos de los
manglares ha generado perturbación y transformación de este ecosistema; para lo
cual entonces se han aplicado métodos ecológicos, económicos, etnográficos,
históricos y geoespaciales para lograr valorar de manera cuantitativa la
relación causa-efecto entre la comunidad y el bosque.
En este aparte resaltan de manera urgente la importancia
de salvar y conservar lo que queda de los ecosistemas de manglar; también de
sus principales amenazas que parecen incontrolables como la actividad
portuaria, la urbanización costera, la agricultura arrocera y de palma de
aceite y la acuicultura.
Preservar para un futuro esperanzador
En el subtítulo de La restauración, una opción
alentadora, se explica que este sistema de conservación ha sido de los más efectivos
en la labor de recuperar y mantener los ecosistemas de manglar y que siegue
siendo una medida extraordinaria para incrementar la captura y almacenamiento
de carbono.
Finalmente quiero manifestar que como colombiano me siento orgulloso de esta linda publicación, la cual busca exaltar la maravillosa riqueza de biodiversidad que tenemos en nuestras costas, tanto en la atlántica como en la pacífica, que es un privilegio único que puede tener un país como el nuestro y que por lo tanto es deber como ciudadanos apreciarlo y preservarlo.
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